La osteología es una rama de la antropología física y es parte de la anatomía descriptiva, por lo tanto, es fundamental en la práctica médica, con fines terapéuticos, de conservación y restablecimiento de la salud.
Esta ciencia se ocupa del estudio de los huesos, órganos blanquecinos duros y transparentes, que en conjunto constituyen el esqueleto. Este armazón del cuerpo humano, formado por 206 huesos, sirve de sostén y protección.
¿Te gustaría saber para qué sirve la investigación osteológica y algunas particularidades del esqueleto humano? Sigue leyendo, te contamos todo a continuación.
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Toggle¿Qué estudia la osteología?
La osteología estudia la forma, estructura y disposición de los huesos. Es una variante de la anatomía sistemática, ya que investiga uno de los diversos subsistemas en los que se divide el cuerpo y se encarga de su estudio de manera exclusiva.
Sin embargo, no debe verse esta disciplina científica como una asilada del resto; la osteología debe apoyarse en la fisiología, en la biología celular, la histología y otras vertientes que permiten conocer el esqueleto humano y su relación con otros sistemas.
¿Cuál es la función del esqueleto?
El esqueleto se constituye de huesos aislados, adheridos entre sí con ayuda de los tejidos conjuntivos, cartilaginosos u óseos, y forman el aparato pasivo de la locomoción.
Además, el esqueleto tiene una función mecánica, desempañando una serie de mecanismos de protección al organismo de factores externos que lo pudieran dañar. Con la evolución del esqueleto interno para los vertebrados, ayudó a sostener los tejidos blandos. Así, las partes aisladas se transformaron en palancas.
Otras de sus funciones principales son:
- Sostén: el esqueleto es el soporte de los tejidos blandos, y el punto de apoyo de la mayoría de los músculos esqueléticos.
- Protección: los huesos protegen a los órganos internos, por ejemplo el cráneo protege al encéfalo, la caja torácica al corazón y pulmones.
- Homeostasis de minerales: el tejido óseo guarda calcio y fósforo para dar resistencia a los huesos. Al mismo tiempo, libera a la sangre para mantener en equilibrio su concentración.
División del sistema esquelético
El esqueleto humano consta de 206 huesos que se agrupan en:
- Esqueleto axial: formado por 80 huesos. De la cabeza, cuello y tronco.
- Esqueleto apendicular: formado por 126 huesos. De los miembros, incluidas las cinturas escapular y pelviana.
Hay que tener en cuenta que existen diferencias generales y específicas entre los esqueletos masculinos y femeninos. La diferencia general es de tamaño y peso, el del varón es más pesado y grande. Las diferencias específicas se refieren a la forma de los huesos pélvicos y a la cavidad pelviana.
La pelvis masculina es profunda y tiene un arco púbico angosto. La pelvis femenina es ancha y poco profunda y se extiende hacia los lados. Tiene un ángulo púbico amplio (mayor a 90º).
Clasificación de los huesos
Los huesos se clasifican en diversos tipos según su forma, tales como se verán a continuación:
- Huesos largos: su longitud es importante en este tipo de huesos. Están conformados por dos puntas, las cuales se unen con otros huesos a través de articulaciones. Estos huesos suelen estar en las extremidades, tanto inferiores como superiores. Gracias a su densidad son capaces de otorgar mayor firmeza, resistencia y movilidad. Un ejemplo de ello es el fémur, que está en el muslo.
- Huesos cortos: estos están conformados por tejido laminar, donde por fuera es compacto y esponjoso en su zona central. Se clasifican en huesos sesamoideos, como la rótula; y huesos supernumerarios, aunque no los poseen todos los cuerpos.
- Huesos planos: se destacan por su longitud y anchura por encima del espesor. De forma externa es compacto y en su interior es esponjoso. Forman cavidades en el cuerpo, como suele pasar con huesos del cráneo.
- Huesos irregulares: se ubican en las vértebras, en su clasificación están los huesos neumáticos, quienes tienen cavidades las cuales se encuentran colmadas de aire. Los huesos que constituyen la cara poseen este tipo de característica.
Particularidades del tejido óseo
El tejido óseo destaca por una baja representación de cuerpos celulares. De todas formas, te presentamos en una lista, de las células principales que se encuentran en los huesos:
- Células osteógenas: células madre no especializadas que derivan del mesénquima.
- Osteoblastos: sintetizan la matriz ósea, así que son los encargados de la dureza de los huesos, desarrollo normal y crecimiento a lo largo de la vida del individuo.
- Osteocitos: derivan de los osteoblastos. Componen el 95% de las células de los huesos y se encargan de secretar matriz circundante o reabsorberla.
- Osteoclastos: tiene como función la digestión y disolución de la dura matriz de los huesos.
Gracias a esta diversidad celular, el tejido óseo cambia lo largo del tiempo. El hueso se forma y destruye de manera continua, y normalmente ambos procesos están equilibrados a lo largo de la vida de la persona.
Rehabilitación y osteología
La rehabilitación deportiva favorece la recuperación del tejido óseo en pacientes con osteoporosis. Una enfermedad que se caracteriza por una debilitación del tejido óseo provocando un aumento del riesgo de fractura de los huesos.
Además de mantener hábitos de vida saludables, cuidando nuestra dieta y realizando ejercicio físico, para prevenir la aparición de este tipo de patologías, la rehabilitación puede contribuir a la recuperación del tejido óseo.
En el fondo el ejercicio es postura en movimiento, los rehabilitadores deportivos son especialistas en educación postural, puesto que la osteoporosis puede afectar generando dolor estando de pie, sentado o acostado. Por ello, el fisioterapeuta ayudará al paciente tanto para permitirle alcanzar una serie de posturas adecuadas como a llevar a cabo las transiciones.
¿Dónde aprender sobre osteología?
Desde el Instituto Internacional de Ciencias Deportivas ofrecemos el Máster en Rehabilitación Deportiva, que está dirigido a todos aquellos profesionales y personas interesadas en aprender técnicas y tratamientos físicos que promuevan el cuidado y protección de órganos, tejidos, articulaciones, huesos y más.
En las lesiones deportivas, la rehabilitación es parte esencial del tratamiento, ya que es el complemento que requiere el miembro o los tejidos afectados para cumplir su función biológica. Como en todo proceso curativo, es imprescindible un diagnóstico y un correcto tratamiento terapéutico para curar la lesión. De la misma forma, la rehabilitación es punto básico para regresar el movimiento al miembro afectado.
Este máster brinda la formación necesaria para conocer las técnicas de rehabilitación aplicables al paciente deportista y los avances técnicos en los equipos de última generación utilizados para la rehabilitación y el entrenamiento. Por ello, aporta conocimientos desde la perspectiva de diversas disciplinas, como la osteología.
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