Respirar bien bajo el agua puede parecer más difícil de lo que realmente es. Existen diferentes trucos y técnicas para facilitar su aprendizaje, ya que un completo dominio de la respiración mejora notablemente la práctica deportiva acuática. Continúa leyendo para conocer algunas de estas técnicas y recuerda que, si te interesa este ámbito de estudio, puedes especializarte con nuestra formación especializada como Entrenador Superior de Natación.
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ToggleCómo mejorar la respiración en natación
Los consejos que exponemos a continuación, puedes añadirlos a tu rutina como un pequeño entrenamiento que te ayudará a aprender a respirar bien, más rápido y de una manera más eficiente bajo el agua. Un punto importante a considerar, es que dentro del agua no siempre podrás respirar cuando quieras.
A veces tendrás la cabeza debajo del agua, por lo que en este sentido tendrás que esperar a volver a la superficie para respirar correctamente. Depende del deporte o la práctica que hagas será suficiente con girar la cabeza y coger aire, sin tener que sacarla fuera por completo. Ten en cuenta también que la manera de respirar dentro del agua, es muy diferente a como estamos acostumbrados a respirar fuera.
Pautas para mejorar tu respiración en el agua
Estos trucos te servirán tanto si eres principiante como si ya sabes nada, pero quieres mejorar tu técnica. Te servirán si practicas buceo, surf, natación o cualquier otra actividad que requiera que estés debajo del agua en algún momento. Recuerda que siempre es mejor realizarlos mientras alguien te supervisa en la superficie.
1. Inspira por la boca y espira por la nariz
Es importante tener claro que aire se coge por la boca, ya que es más rápido, y se expulsa por la nariz. El tiempo que tendrás para respirar en el agua seguramente sea limitado, por lo que todo el tiempo que ahorres te favorecerá de una forma u otra.
Ten en cuenta que las fosas nasales son más pequeñas que la boca, por lo que se colapsan antes y pueden llegar a impedir que respires bien mientras nadas. Al soltar el aire por la nariz evitarás que te entre agua. El ritmo recomendado de respiración es de 1 o 2 segundos para inspirar y espirar lentamente en 3 o 4 segundos.
2. Practica la apnea
La apnea se basa en suspender de forma voluntaria la respiración dentro del agua. Puedes hacerlo de forma estática o si ya estás en un nivel más avanzado, puedes realizarlo mientras recorres largas distancias. Para ello, contén tu respiración y después sumérgete en la piscina. Mantén la posición unos segundos y vuelve a la superficie. Repite este proceso seis veces en cada entrenamiento y ve aumentando el tiempo poco a poco para aumentar así tu capacidad pulmonar.
3. Añade el crol a tu rutina
El crol suele ser la base sobre la que se crea una sesión de entrenamiento acuático. Es muy útil para aprender a respirar bien, ya que implica movimiento y técnica. Para ello debes tener en cuenta de que lado respiras primero. Si se trata del derecho, la inspiración tendrás que realizarla por la boca cuando termines la brazada del brazo derecho, y estés a punto de alzarlo, abriendo la boca al máximo cuando tu codo derecho se encuentre en el punto más alto fuera del agua.
Recuerda que al respirar, la cabeza no se mueve sola. El cuerpo hace un todo y se mueve a la vez hacia el lado por donde vayas a respirar. Es decir, si respiras hacia la derecha, tu cabeza y tu cuerpo deberán girar a la derecha hasta que la cabeza salga del agua y puedas tomar aire por la boca. Al igual si lo haces para el lado izquierdo. Practica y controla tus tiempos para ir mejorando y superando tu respiración bajo el agua.